CRONICAS DE UN VIAJE
por Ana Armas
Desde el momento en que dos células se funden entre sí mismas para dar inicio a la vida, comienza nuestro primer viaje en este maravilloso mundo terrenal; pero este viaje no es un simple viaje, es un viaje en el que estamos en constante aprendizaje, en el que, a través de diversas experiencias o miniviajes, como también podríamos llamarlos, vamos permitiendo la evolución de nuestro ser interior para poder convertirnos cada día en nuestra mejor versión.
Pero este viaje, al que llamamos vida, tiene muchos matices, colores, sabores y contrastes, así que podríamos decir, que los viajes en general son experiencias increíbles que nos llenan de sabiduría e instantes, los cuales, según nuestra etapa de consciencia pueden ser un castigo, un aprendizaje o un maravilloso recuerdo.
¿Pero cómo entender de forma más simple lo que implica este viaje llamado vida? Tomándolo como la misma pegunta lo dice, de una forma simple, así que iniciaremos este pequeño camino al despertar, tomando como ejemplo práctico, un simple viaje.
Un simple viaje, es algo que hacemos cotidianamente y que, en muchas ocasiones, lo tomamos como un descanso, un escape, una reconexión, una aventura o simplemente por placer.
Un viaje, normalmente es una elección basada en nuestros sueños, pensamientos, creencias, gustos, expectativas o historias ajenas que nos llevan a emocionarnos y querer conocer un lugar en específico. Así pues, durante un viaje, podemos ver implícitas muchas circunstancias, mismas que van cargadas de grandes lecciones, porque es en estos viajes, en los cuales, nos abrimos a nuevas experiencias y nos permitimos descubrir otros paisajes, otras culturas, otras maneras de pensar, vivir, actuar, sentir, ver, comer, vestir, pero sobre todo de vivir o hasta sobre-vivir, porque es en un viaje como estos, que sin darnos cuenta y que inicia como una simple aventura, donde te reencuentras contigo mismo de diferentes formas reconociendo en ti tu luz y tu sombra.
¿Pero por qué un viaje es un gran aprendizaje? Porque si logras ver estos viajes, desde un contexto más espiritual, podrás darte cuenta, que es en estos viajes, donde la vida te pone a prueba sin darte cuenta y puedo decirte, por experiencia propia, que una de las primeras cosas que aprendes en un viaje, es a soltar el control, ya que durante un viaje podrás tener un itinerario, un esquema de lugares y cosas por hacer o conocer, pero la vida es tan mágica y el universo tan confabulador con ella, que aunque elijas el viaje de tus sueños, la vida siempre te dará el viaje que necesitas. Y es en las cosas más simples, donde llegarán las primeras lecciones, por ejemplo: durante un viaje, podrás elegir tu vuelo, pero no podrás controlar si éste saldrá a tiempo o si será cancelado, podrás elegir que maleta usar y qué ropa llevar, pero no podrás controlar si ésta llegará a tu destino junto contigo o se perderá; podrás elegir el hotel pero no podrás controlar lo que suceda en él, como lo puede ser el ruido, el tipo de colchón, el servicio, etc.; podrás elegir la compañía pero no lo que suceda con ellos durante el viaje.
Así que, por más planificado que sea tu viaje, este siempre tendrá un factor sorpresa o varios dentro de él, pero este factor sorpresa siempre te sacará de esa zona de confort en la que cotidianamente te encuentras; por eso, cuando somos practicantes de meditación y estamos en un camino espiritual, es en estos momentos, donde todo lo aprendido en tu “ZAFU”, cobra vida y podrás permitirte utilizar todas esas técnicas practicadas una y mil veces, donde todas esas palabras llenas de profundidad de tu maestro cobraran sentido, donde todo ese supuesto despertar que sentimos al terminar un curso será utilizado, donde podrás saber si logras mantener ese estado de conciencia que alcanzas después de miles de horas de meditar diariamente y que constantemente serán puestas a prueba y donde podrás utilizar a tu favor todas tus emociones y herramientas.
Es por eso que es tan importante llevar al día a día, la vida espiritual y la práctica meditativa, ya que es en estos instantes de sorpresas cuando te mostrará si realmente has aprendido las lecciones, las técnicas; si has practicado y entendido las miles de herramientas que has ido adquiriendo en tu proceso, porque es ahí, cuando el factor sorpresa aparece, no solo dentro de un viaje, -si no también en tu vida diaria,- que tendrás la gran oportunidad de utilizar todo este conocimiento y práctica para poder resolver cualquier situación que se te presente y resolverla de la mejor manera para salir de ella sin perder esa paz y esa armonía que normalmente sentimos en el ZAFU.
Por esta razón, un viaje es como un gran examen de la vida, que se compone de miles de partes, que van desde elegir el destino primeramente, la planificación de las rutas, los medios de transporte, la ropa, nuestros sueños, las amistades o familia que te acompañaran y que en algún punto determinan nuestro aprendizaje, así que aunque pasas mucho tiempo planeando ese gran viaje para ti, toma en cuenta que este viaje no solo es TU viaje, es el viaje de todos aquellos que cruzaran su camino con el tuyo mientras sucede, por lo que se verá influenciado no solo por tus elecciones, también por la cultura, los lugares, las personas que te acompañen o si viajaras solo o por trabajo.
Pero independientemente de todo esto, a final de cuentas, un viaje siempre será una gran experiencia si así la tomas, pero también será una gran oportunidad de redescubrirte, reconocerte, rencontrarte, revalorarte, pero, sobre todo, darte cuenta en dónde estás parado en ese instante, en el aquí y ahora. Convirtiéndose cada viaje en un espacio de tiempo donde podrás descubrir tus fortalezas, tus debilidades, tus habilidades, tus heridas no sanadas, tus dolores, tus carencias inclusive, hasta reconocer aquellas situaciones o personas que ya soltaste o superaste por fin.
Y es aquí precisamente, donde llevaremos nuestra practica a la vida real, en un ejemplo tan simple y sencillo como un viaje, donde podrás permitirte ver todo y a todos como un gran espejo de ti mismo, así que, si realmente pones en práctica lo aprendido, te aseguro que descubrirás tantas cosas de ti que no sabías, pero también veras otras, que todavía ocuparas trabajar y transformar.
Así que cada que realices un viaje, así sea un viaje pequeño, como tu viaje de camino al trabajo, de regreso a casa, un viaje cerca de tu ciudad, un viaje fuera de tu país o simplemente comiences un viaje a tu interior a través de algún curso, permítete observar, sentir, fluir y sobre todo permítete ir más y más profundo en tu viaje interno cada que puedas, porque de esta manera, cuando estés ante alguna situación en tu vida fuera de tu alcance, de tus expectativas, o de lo que anhelabas, serán estas herramientas aprendidas sobre tu ZAFU las que marcaran la diferencia, volviendo entonces tu viaje más amoroso y sano, pero sobre todo te permitirán salir de esas situaciones con mayor rapidez, más fortalecido pero sobre todo sin perder tu equilibrio o paz interior.
Por lo que este ejemplo no solo aplica para una experiencia nada más como lo es un viaje, sino a toda y cada una de las experiencias por las que atravesarás a lo largo de tu vida, siendo tu practica y el saber utilizarla, lo que te sostendrá en los momentos más difíciles de TU viaje personal.
Así que recuerda, la vida en si ya es un gran viaje, pero el fin de este viaje, no es solamente el destino lo que importa, si no todo aquello que vives y experimentas mientras estas en el camino.
Con amor, deseo que tú viaje sea expansivo y te lleve siempre al más profundo anhelo de tu alma para tu más alto bien,
Om Namah Shivaya
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