por Karla Montero
Si fueras a terapia de pareja con tu dinero ¿qué diría de ti?
¿Acaso estaría feliz de compartir su vida contigo?
¿Podría presumir una relación feliz, contributiva y de amor mutuo?
Si analizamos esta analogía, quizá nos de pena incluso aceptar que probablemente el dinero se sentiría utilizado, sentiría que sólo cuando lo necesitas lo buscas y cuando no, lo prestas o te deshaces de él a la menor provocación. Podría quejarse de que cuando llega no lo saludas, no le agradeces por haber llegado, no le das la bienvenida. Y cuando lo entregas, tampoco le agradeces, tampoco te despides, tampoco lo bendices; simplemente lo entregas a regañadientes y a veces con la angustia de que no vaya a ser suficiente. Quizá podría dar testimonio de lo mal que te expresas de él, diciendo cosas tales como: “siempre llega tarde y rápido se va; nunca es suficiente, sólo causa problemas, hace que las personas saquen lo peor de sí, el dinero es sucio, es un mal necesario”, por poner algunos ejemplos. Siendo realmente honestos, si alguien se expresara así de ti, ¿te gustaría estar en su vida?, ¿tendrías ganas de acercarte y quedarte ahí? La respuesta es obvia.
Resulta que el dinero, como todo en esta vida, es energía. El dinero sigue al gozo, no al revés. No podemos esperar a que llegue dinero para ponernos felices, sino porque somos felices el dinero llega a nuestra vida. No se trata de aguantar hasta que haya dinero para cumplir nuestros sueños, sino de disfrutar el camino rumbo a nuestros sueños y confiar en que los recursos llegarán. Sin embargo, pasamos gran parte de nuestra vida preocupados por “generar más dinero” cuando todo el dinero del mundo, ya está generado y sólo está esperando a que seamos ese imán de gozo para que llegue a nosotros.
Si nos hiciéramos conscientes que el dinero es energía, probablemente sería más fácil atraerla a nuestras vidas. Si aceptamos que somos nosotros y nuestra energía la que hará que el dinero llegue o se aleje, las cosas cambiarán. No te estoy diciendo que te sientes a esperar al dinero, sólo meditando y decretando que lo amas y que eres un imán, eso no funcionará. Sin embargo, si tu energía no le da la bienvenida al dinero, probablemente, aunque te partas la espalda trabajando, el dinero tampoco llegará o no en la cantidad que deseas.
Somos energía, en nuestro ADN está grabada la abundancia que ya somos; cuando creemos en esa energía y desde el corazón nos permitimos conectar con ella, toda la magia comienza a ocurrir.
Así que te sugiero que hagas un esfuerzo por mejorar la relación con tu socio de vida, pues es innegable que lo necesitas cada día. Para empezar la próxima vez que el dinero llegue a ti, en cualquier forma que ocurra, agradece por su llegada, dale la bienvenida a tu vida e invítalo a quedarse por un tiempo contigo, - no te deshagas de inmediato de él-. La próxima vez que lo entregues, ya sea a modo de pago, donativo o préstamo, bendícelo y bendice su camino, agradécele por haber estado en tu vida y por ir a cumplir su misión. Te aseguro que si haces esto tu energía comenzará a cambiar y se abrirán nuevas oportunidades de recibir y crear una vida en abundancia. Agradece cuando el dinero llega y agradece cuando se va, porque sólo la gratitud es la llave mágica para atraer todo lo que anhelamos a nuestra vida. Mientras más agradeces, más bendiciones llegan a ti.
Sé la energía irresistible con la que el dinero quiera llegar y quedarse para experimentar el gozo y la expansión que el dinero te puede dar.
Karla Montero es comunicóloga de profesión, coach financiera y maestra de meditación.
Brinda cursos, talleres y coaching personalizado acompañando a las personas a descubrir
su potencial financiero y eliminar la escases de su mente, de su corazón y de su vida con
herramientas terrenales y holísticas pues está convencida de ser una Yogui Financiera en
la búsqueda permanente del equilibrio y la integración del mundo espiritual con el mundo
terrenal. Puedes encontrarla en Instagram, Facebook y TikTok como: @yoguifinanciera o
mandarle un mensaje directo por whatsapp al +52 5579705854
Gracias por esta reflexión sobre el maravilloso dinero.
Te abrazo