por Lindsay Olivia Martínez Sánchez
Paso tras paso, uno seguido del otro, con prisa, un paso distraído de la vida, ausente del mundo, atado al tiempo, caminado sobre la faz de la tierra sin percibir lo que pasa alrededor, paso tras paso, pesado, cansado, continuo, amarrado a la gravedad, ausente de libertad.
Vivimos sobre la superficie no solo de la tierra sino de la consciencia, añoramos volar, pero no nos despegamos del suelo, queremos ir más profundo, pero no soltamos lo que nos ata.
Un día escuché ;
“Recuerda que más del 80% de la tierra está bajo el agua… así que si quieres conocer el mundo tendrás que sumergirte”
Y hoy te digo, si quieres conocer el mundo, si quieres vivir plenamente, abundantemente, dichosamente, libremente, tendrás que sumergirte.
Soltar lo que te ata a la tierra; el miedo, el juicio, el dolor, la prisa, y entonces recibir sentir, experimentar, vivir sin ataduras, sin gravedad, con libertad, abriendo candados y rompiendo cadenas.
Soltar la gravedad y sumergirte, extender los brazos y saltar, saltar a la profundidad del ser, dejarte inundar, soltar el peso, sumergirte y descubrir un nuevo mundo, donde el ruido se detiene, donde el corazón se expande, donde la vista se sorprende y donde el hablar es solo a ti, donde puedes escuchar tu propia respiración, donde eres parte de todo; habitante del mundo, polvo de estrellas, ser infinito, universo constante.
Soltar y caer, como lo hace la gota de lluvia desde la superficie hasta el mar, donde tocando el mar deja de ser una gota de lluvia y se convierte en el mar mismo, donde el ser deja de ser uno y se vuelve el todo, donde el OM resuena intensamente en cada partícula del ser uniéndonos con el sonido universal, volviéndonos una sola vibración, donde podemos repetir 108 veces SO HAM “Yo soy esto” “Esto soy”, donde podemos mostrarnos sin ataduras, sin muros, sin límites, sin credos, solo siendo el mar mismo en su infinidad.
“En honor al ángel que vuela en las profundidades del mar…”
HERMOSO MUCHAS GRACIAS